domingo, 7 de agosto de 2011

LJP: Quai D'Orsay

Retrato de un político en acción
   Todos estamos acostumbrados a ver a los políticos haciendo declaraciones grandilocuentes, posando ante las cámaras, omnipresentes en nuestras vidas. Pero, ¿cómo son entre bambalinas? Quai D'Orsay nos responde esta pregunta.

Hay político en el menú
   Arthur Vlaminck, un joven y prometedor político, es contratado para trabajar en el Quay d'Orsay, la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores francés. Allí estará bajo las órdenes de Alexandre Taillard de Vorms, y descubrirá de primera mano y en directo cuales son los entresijos de la política, y como son, como piensan y como actúan los políticos (si es que piensan y actúan, claro).

Sírvase crudo y en su salsa
   El retrato de las andanzas de Alexandre Taillard de Vorms es sarcástico y cáustico. Y divertidamente veraz. La clave está en el guión de Abel Lanzac, que fue miembro del gabinete de Villepin, y por lo tanto, bien podría decirse que nos encontramos ante un relato autobiográfico de sus vivencias. Uno de los aciertos es que las anécdotas están bien hilvanadas, descritas de forma amena y divertida, con un buen ritmo y sin pausas, hecho de lo más loable ya que no estamos ante un tebeo de acción pura y dura, sino ante un retrato de algo tan aparentemente aburrido como es el mundo de la política.

La mano del chef
   Pero por muy bueno que sea un guión, necesita que alguien sepa adaptarlo de forma adecuada, tanto visual como secuencialmente, al lenguaje propio del tebeo. Y aquí tenemos a Christophe Blain, al que ya conocíamos por Isaac el Pirata o Gus, que realiza un trabajo magistral sin dejar su estilo, heredero de Sempé tanto en línea como en espíritu, capaz de mostrar de forma mordaz e hilarante algo tan a nuestro alcance y tan difícil de retratar como la cotidianidad. Un autor, en definitiva, al que seguir de cerca.

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